jueves, 6 de marzo de 2008

un reflejo, discontinuo










Un Reflejo, discontinuo

Al pensar, en la movilidad que tiene la gráfica contemporánea hoy, se hace visible que como manifestación a partir de lo tradicional se resiste a seguir intrincada desde su propia inmanencia frente y ante las cosas que le son permisibles en esencia. Quizás, por que, como cada acto de repetición, establece en sí, contextos determinados en coordenadas de orientación; es decir que como medio de expresión responde desde lo serial y continuo para hallar lo múltiple en patrones de repetición y circulación frente a los acontecimientos.

Por lo tanto, esto quiere decir que en cada uno de los sucesos cotidianos necesariamente se activan y de manera continua actos reflejos que a pesar de ser involuntarios o inconscientes surgen como respuesta de una pulsión del ser y de las cosas. La naturaleza, se activa en cada instante de tiempo y espacio, develando su aspecto cíclico; sin embargo de repente irrumpe y arrolla para crear un nuevo arquetipo de reproducción.

En las practicas gráficas contemporáneas, la presencia de la obra en particular ha entrado en un juego donde su denominación como su formalidad se han expandido, desafiando y prolongado de manera crítica una realidad que se vuelca para ser comprendida desde el acto mismo. “El un futuro cercano, el grabado dejará de ser ilustración del discurso de la historia para convertirse en recurso de su reproducción representativa”(1); los acontecimientos como las pulsiones de la contemporaneidad se registran a manera de mapa; de tal manera que al develarse un algo, esto trae como soporte un reflejo, un estímulo, una insondable impresión que da cuenta de un derrotero. Luego, no es que halla disolución, es que es otra la manera de permear los vínculos con las cosas, las personas y los contextos.

La sombra es la esencia inseparable del cuerpo, ya que en todo acto devela su presencia; la sombra es un desplazamiento acromático que indaga a manera de replica su propia estampa. El cuerpo se oculta, la sombra se expande para encubrir la ilusión del acto vital como estampa de lo corpóreo. La movilidad de la sombra diluye al objeto en su entrañable estabilidad.

1. PASTOR, Mellado Justo, La impugnación del Grabado: Potencial de Nuevas Prácticas pág. 31. En trienal poligráfica de San Juan: América Latina Y el Caribe.

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